Cuerpo, emoción, pensamiento y espíritu.
El valor de la congruencia entre dominios de actuación, cuerpo, emoción, pensamiento y espíritu.
Como una vez leí, la congruencia es como afinar un instrumento: cuando todas las cuerdas están en armonía, la música fluye. Lo mismo nos ocurre a las personas, sólo cuando nuestro sistema está alineado, cuerpo emoción, pensamiento y espíritu es cuando sacamos nuestro máximo potencial y presencia en la vida. Por eso, cuando notamos que algo no están funcionando, un primer paso puede ser repasar internamente si ese sistema complejo cuerpo, emoción, pensamiento y espíritu está en armonía.
Trasladando este concepto a la preparación para el acceso a la función pública, la elección de la oposición en la que enfocarse debe tener una coherencia con la identidad personal y habilidades de la persona para preservar el bienestar psicológico. Debe tenerse en cuenta que mientras dure el proceso selectivo, éste se convierte en el tema central de la existencia del opositor, llegando a formar parte de su ser durante ese periodo, y posteriormente una vez se tome posesión del puesto de trabajo al que se opte implicará invertir muchas horas del día.
Ni opositar es lo que necesariamente quiere todo el mundo, aunque sea la opción actual que plantea un cliente que va a participar en un proceso selectivo, ni todos los futuros puestos a los que se accede a través de diferentes oposiciones son iguales. Por eso, es necesario que antes de embarcarse en semejante viaje, uno investigue preguntándose así mismo y valorando todas las opciones posibles, desde el proceso selectivo en sí, la oposición, el temario, la planificación necesaria, como los puestos de trabajo a los que se podrá acceder si el proceso resulta exitoso.